Con la llegada del otoño, el paisaje se transforma y las temperaturas comienzan a descender. Aunque esta estación tiene un encanto especial, también trae consigo ciertos factores ambientales que pueden afectar a nuestra salud ocular. El viento otoñal, a menudo seco y cargado de partículas, es uno de los principales responsables de molestias oculares en esta época del año.
¿Por qué el viento afecta a nuestros ojos?
El viento otoñal suele ser más seco y frío que el de otras estaciones. Esta combinación puede provocar una mayor evaporación de la lágrima natural que protege la superficie del ojo, lo que favorece la aparición de sequedad ocular. Además, las ráfagas de viento arrastran polvo, polen y otras partículas en suspensión que pueden irritar los ojos, especialmente en personas con sensibilidad ocular, uso de lentillas o alergias estacionales.
Principales síntomas de irritación ocular en otoño
Durante esta época, es común notar:
- Sensación de arenilla o cuerpo extraño.
- Enrojecimiento ocular.
- Picor o escozor.
- Mayor lagrimeo (respuesta natural del ojo ante la sequedad).
- Cansancio visual.
Estos síntomas pueden llegar a ser muy molestos y afectar a la calidad de vida, especialmente en personas que pasan mucho tiempo al aire libre o que trabajan frente a pantallas.
Consejos para proteger los ojos en días ventosos
- Utiliza protección ocular física
Las gafas de sol no solo protegen frente a la radiación UV, también actúan como una barrera contra el viento y las partículas. Es recomendable usarlas incluso en días nublados si el viento es fuerte. - Evita la exposición directa
Si es posible, limita la permanencia en exteriores en días especialmente ventosos o busca zonas resguardadas. Cuando estés en la calle, procura no mirar directamente hacia el viento. - Mantén una correcta hidratación ocular
Mantener una adecuada hidratación general favorece también la salud ocular. Beber suficiente agua y usar humidificadores en ambientes secos puede ser de ayuda. En casos de sequedad persistente, es importante consultar al farmacéutico o al especialista. - Cuida la higiene ocular
Lavarse las manos con frecuencia y evitar frotarse los ojos es esencial para prevenir infecciones oculares. Si notas molestias, es preferible parpadear suavemente o lavar la zona con suero fisiológico. - Descansa la vista
Si trabajas frente al ordenador, sigue la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira a 20 pies (unos 6 metros) de distancia durante 20 segundos. Esto ayuda a reducir la fatiga visual.
Cuándo consultar a un profesional
Si las molestias oculares persisten, se agravan o se acompañan de alteraciones en la visión, es fundamental acudir al farmacéutico o al oftalmólogo. Un diagnóstico precoz evita complicaciones y asegura un tratamiento adecuado.
El otoño es una estación ideal para disfrutar de paseos y naturaleza, pero también debemos estar atentos a los pequeños signos que nos indican que nuestros ojos necesitan un cuidado extra.
Cuida tus ojos este otoño: pequeños gestos diarios pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar visual.
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